sábado, 20 de octubre de 2007

RESUMIENDO

Al poco vi que se levantaba y que se dirigía a mi mesa... Bueno, pasándolo muy mal, porque se notaba que era muy tímido, preguntó si podía invitarme a un café. Yo le miré con cara de tener mucho mundo interior detrás de los ojos, pero sin decir nada, aunque, es verdad, con ese modo de no decir que otorga. Entonces, él se sentó a mi lado y empezó a hablar y hablar de cualquier cosa, como si tuviera miedo de que yo me fuera a desvanecer si se callaba. Y me contó que desde que me había visto en aquel restaurante iba todos los días con la esperanza de que también yo acudiera para poder mirarme, y que se conformaba con eso, con mirarme, aunque de repente había empezado a tener miedo de que yo dejara de ir porque ya no se imaginaba la vida sin mirarme.

Juan José Millás, Ella imagina



Aunque todo responda a una estrategia comercial, se le acuse de haberse vendido, de haber perdido parte de su credibilidad como escritor. Lo cierto es que yo, como tantos otros, estaba antes de todo esto. Y me gustan sus obras. Y si lo ocurrido sirve para que sus novelas lleguen a más gente me parece bien, porque habrá más personas que, como nosotros, descubran nuevos mundos en sus palabras. Simplemente por eso.


Enhorabuena a Juan José Millás.

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